Tres desaparecidos, cuyos restos fueron hallados en la fosa común del “Pozo de Vargas”, volvieron a reunirse con sus identidades. Mabel Montero, de la línea fundadora local de Madres de Plaza de Mayo, precisó ayer que se trata de Lisandro Díaz, último secretario general del gremio de Textil Escalada; de Domingo “Minguila” Díaz, miembro de la comisión directiva de ese gremio y de Julio Oscar Zurita, un estudiante de Arquitectura oriundo de Santiago del Estero que fue detenido en la provincia. Los tres habían sido secuestrados en 1976, durante el terrorismo de estado.
Desde que comenzó la investigación, suman 16 los casos de identificaciones que fueron dados a conocer por familiares de víctimas tras ser notificados por la Justicia Federal. La semana pasada se había publicado el hallazgo de vestigios del ex vicegobernador Dardo Molina. Su familia plantará hoy un árbol en el predio -Francisco de Aguirre al 4.500- en su memoria.
Lucha sindical
La pelea por la Textil Escalada fue histórica para Los Ralos. Cerrada y reabierta en varias oportunidades por Gobiernos de facto, fue escenario de intensas luchas sindicales. Una docena de vecinos y trabajadores de la zona fueron secuestrados. Durante la megacausa “Arsenales II-Jefatura II” se conocieron testimonios desgarradores. Dieron cuenta, por ejemplo. del posible paso de los Díaz por el Arsenal “Miguel de Azcuénaga”.
“Sentimos una mezcla de alegría y tristeza. Estuvimos tantos años sin saber qué fue de él”, afirmó conmovido Alfredo Díaz, hijo de Lisandro. Andrea Díaz, hermana de Domingo, aseguró estar tranquila porque al fin su familiar “descansará en paz”.
“El Pozo de Vargas es emblemático. Ahora no se puede seguir trabajando, los compañeros están necesitando máscaras especiales por la profundidad del pozo. La ministra de Educación, Silvia Rojkés, se comprometió a ayudarnos”, añadió Montero. Las extracciones son efectuadas por el Colectivo de Arqueología para la Memoria y la Identidad Tucumana (Camit) y el material, remitido al Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF).
El llamado “Pozo de Vargas” es un ducto de agua profundo ubicado en una finca de Tafí Viejo. Se trata de una fosa clandestina común en la que se arrojaron los cuerpos de ciudadanos asesinados en los 70’. Los primeros restos en ser asociados con una identidad, en 2011, habían sido los del ex senador justicialista Guillermo Vargas Aignasse.